Introducir al gato en el transportín: ¡así funciona!

¿Sabes eso? La pata de terciopelo duerme profundamente en el sofá. Sales de la habitación para coger la caja de transporte o transportín para la próxima cita con el veterinario, sólo para descubrir dos minutos más tarde en la habitación que el gato ha desaparecido sin dejar rastro. Los gatos parecen tener un séptimo sentido para saber cuándo entra en juego la caja de transporte. El contenedor suele asociarse a experiencias desagradables, normalmente una visita al veterinario o un viaje a un destino desconocido.

Los gatos no aprecian en absoluto este tipo de pérdida de control y harán todo lo posible para evitar la caja de transporte . Como propietario, te enfrentas a una elección: o vas a buscar al gato invisible e inviertes mucho tiempo y nervios en sacarlo de su escondite y meterlo en la caja. O puedes cancelar la cita con el veterinario. Para que no llegue a ese punto, te damos consejos útiles para relajar la relación de tu gato con la caja de transporte.

Así puedes hacer que la caja de transporte sea más interesante para tu gato

Para los gatos, la caja de transporte o transportín es a menudo un símbolo de un cambio de lugar involuntario con asociaciones desagradables. Esta conexión se refuerza si el gato sólo ve el contenedor de transporte en ocasiones desagradables. Puedes evitarlo integrando la caja en el entorno del animal.

Así es como la caja de transporte resulta atractiva para tu gato:

  • Mobiliario del hogar: Coloca la caja de transporte en el apartamento de manera que forme parte natural del inventario y esté siempre abierta.
  • Cueva de peluche: A los gatos les encantan las cuevas donde esconderse. Haz que la caja de transporte sea atractiva. Un cojín tierno resulta atractivo.
  • Snack-bar: esconde de vez en cuando un capricho en la caja de transporte. Esto ayudará al gato a darse cuenta de que vale la pena marcar la casilla de vez en cuando.
  • Olfato: Puedes darle un toque interesante a la cesta de transporte con hierba gatera o sprays de feromonas. O puedes poner una prenda con tu olor en la caja de tu gato. El aroma familiar es calmante.
  • Protección de la privacidad: Muchos gatos aprecian tener una buena vista del exterior cuando son transportados a través de la puerta mosquitera, pero otros se ponen aún más nerviosos. En este caso, protege la privacidad, por ejemplo con una toalla.

Si el gato acepta la caja de transporte como un mueble normal, será mucho más fácil atraerlo cuando sea necesario y luego cerrar discretamente la puerta: una golosina como cebo suele ayudar a que el animal no sospeche. Con una buena preparación podrás ahorrarte a ti y al gato el drama de la caja de transporte.

Es importante que vuelvas a integrar rápidamente la cesta para gatos en la sala de estar después de la visita al veterinario. Limpia la caja para eliminar los olores del consultorio médico. Asegúrate de seguir esta rutina. Es posible que el gato tarde algunos días en volver a confiar en la caja de transporte, pero generalmente no lo asociará con malas experiencias.

¿Qué tamaño debe tener una caja de transporte para gatos?

A la hora de comprar un transportín para gatos, debes elegir un modelo en el que se pueda quitar la tapa superior. Esto facilita el trato con el gato. La caja de transporte también debe ser lo suficientemente grande para que el gato pueda sentarse cómodamente en ella; las razas de gatos grandes necesitan una versión XXL. Sin embargo, nunca transportes más de un gato por caja, porque en caso de pánico, los animales no pueden evitarse entre sí.

Los pestillos de la caja deben ser fáciles de manejar, pero el gato no debe poder abrirlos con una mano hábil. Asegúrate también de que el asa te permita transportarlo cómodamente.

Como alternativa a las cajas de transporte de plástico resistente, existen bolsas de transporte para gatos que parecen una bolsa de deporte. Además de ser más ligeras, estas bolsas tienen la ventaja de ser flexibles si, por ejemplo, quieres poner al gato debajo de tu silla en la sala de espera. Algunos gatos aprecian los suelos móviles, a otros no les gustan nada. Tanto la bolsa como la caja de plástico deben ser fáciles de limpiar.

¿Qué cajas de transporte son adecuadas para viajes más largos?

Una visita al veterinario que implique desplazarse en coche o autobús no es la única ocasión en la que el gato tiene que entrar en la caja de transporte. Incluso si se acerca un viaje en tren o incluso un vuelo, por ejemplo en un viaje de vacaciones, no se puede evitar que el gato tenga que pasar algún tiempo en la cesta de transporte. Llegados a este punto, los expertos en transporte de animales Star Cargo nos dan unas indicaciones importantes:

En el avión se pueden llevar en cabina cajas de transporte de hasta 55 x 40 x 20 cm (homologación IATA). La caja y el gato juntos no deben pesar más de 8 kilogramos. Un gato que viaje contigo también debe estar registrado en la aerolínea con suficiente antelación.

Para un viaje largo en coche, tren o autobús, se necesita una caja más grande en la que el gato pueda tumbarse cómodamente. Dado que el gato no puede salir de la caja de transporte para ir al baño, puedes colocar toallas sanitarias absorbentes o un inodoro de viaje para gatos en la cesta del animal. Existen sanitarios desechables especiales fabricados con cartón compostable para estos fines. Los cuencos que se pueden colocar en la caja para viajar también forman parte de los accesorios de viaje.

Acostumbra al gato a la caja de transporte

Acostumbrar a tu gato a una caja de transporte es fundamental. Es necesario llevar a todos los gatos en el coche de vez en cuando, incluso si se trata de una visita regular al veterinario. Pero esto supone un problema para muchos dueños de gatos, porque el animal simplemente no quiere ir en la caja de transporte necesaria. Los humanos tenemos una gran influencia en si nuestro gato se convierte en amigo o enemigo.

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