Un buen tejado

Si los cimientos de una vivienda o edificio son un aspecto crucial en toda construcción, el tejado o la cubierta, no lo es menos. Dentro de las estructuras que componen las viviendas o edificio, todas cuentan con una gran importancia, cada una relevante en su medida. En este particular, vamos a hablar sobre los tejados y lo esencial que es tenerlo en buenas condiciones. Con un tejado perfecto, se evitan goteras, filtraciones y otros problemas en el interior de los inmuebles, al tiempo que proporcionan una buena estética.

No hablamos de poner un tejado de inicio, más bien se trata de todo lo relativo al mantenimiento y la rehabilitación de tejados y cubiertas en el caso de necesidad. Con este tipo de mantenimiento, se mantiene la seguridad y durabilidad de los edificios y viviendas. Algunos factores a tener en cuenta frente al deterioro de esta parte esencial de las construcciones, son las tormentas, los errores en la construcción o las humedades. Factores que pueden causar daños y deteriorar las cubiertas haciendo necesario que se recurra a la atención especializada para diagnosticar el problema y proponer la solución adecuada.

Sobre todos estos aspectos y la necesidad de mantener esta parte de la vivienda en buenas condiciones, hemos hablado con los profesionales en la materia de Cubiertas Estévez, unos auténticos especialistas en cubiertas y tejados. Ellos mismos convienen que la elección de los materiales más adecuados, son los que aseguran que la rehabilitación resulte eficaz. A la vez que advierten que tanto las cubiertas planas como las inclinadas, suponen desafíos con requerimientos concretos que solo pueden ser atendidos por profesionales. Aquí no vale el hágalo usted mismo, puesto que los tejados pueden presentar una variedad de problemas a causa de los factores previamente citados. A razón de los cuales se realizará un tipo u otro de intervención.

Problemas de todo tipo

Desde el error humano hasta la ira de la naturaleza pueden causar daños en la estructura de una vivienda, tejados y cubiertas incluidos. En lo que respecta a la causa humana, los errores constructivos pueden ser por igual, de diversa índole. De tal modo que se convierte en una causa significativa de los problemas que acucian a los tejados. Una ejecución incorrecta mientras se realiza la construcción del tejado, puede conllevar una serie de defectos que a la larga, generen inconvenientes de gran importancia.

Razón por la cual, la elección de los materiales, debe ser la adecuada. En el caso contrario, unos materiales inadecuados, siendo sin duda uno de los errores más comunes, puede conllevar un deterioro prematuro de la estructura. Utilizar materiales que no están concebidos para resistir condiciones climatológicas adversas, sufrirán fisuras, roturas y otro tipo de desperfectos que conllevarán la necesidad de mantener y reparar con mayor frecuencia.

Por otro lado, pueden producirse defectos en la colocación de las tejas y componentes del tejado. En este caso, los problemas derivados serán estructurales y de impermeabilización. Tejas mal alineadas o falta de sujeción, facilitan la filtración del agua, lo que provocará goteras y humedades. Sin olvidar que las tejas mal colocadas son más fácilmente desprendibles o desplazables ante un viento fuerte.

Dejando a un lado el factor humano, pasamos a las humedades que son, en muchas ocasiones el problema de las cubiertas y tejados. La presencia de las mismas, provocadas por diversos factores, puede afectar la estructura del edificio. Son varios los tipos que se producen y deben identificarse y tratarse de la forma conveniente.

Cuando se trata de humedades por capilaridad, se trata de la capacidad de los materiales porosos tienen a la hora de absorber el agua desde el suelo hasta la parte superior. Se trata de una humedad muy frecuente en los tejados cuando la conexión entre la terraza y la vivienda es directa.

Otro tipo de humedad se produce a raíz de la condensación, cuando el vapor de agua presente en el aire, se torna líquido al entrar en contacto con una superficie fría. Es la humedad más habitual en los espacios que no están bien ventilados, puede producirse moho y provocar un deterioro importante en los materiales.

Por último, tenemos la humedad por filtración, a consecuencia de los fallos que presenta la impermeabilización del tejado, facilitando el paso del agua de la lluvia e infiltrándose. Las roturas o el desgaste que se produce en la capa impermeabilizante son factores que contribuyen a que se produzca este problema que, afecta a la estructura del tejado y al interior de la vivienda.

En cuanto a las goteras y defectos estructurales, son unos de los problemas más visibles y molestos que pueden surgir. Se originan por existir tejas dañadas, su falta o mala colocación de las mismas. Las goteras afectan a la estructura y la habitabilidad, ya que crean un ambiente húmedo que favorece la aparición de moho y hongos.

Ahora ya conocemos un poquito más sobre los problemas que hacen necesaria la intervención de los profesionales, para reparar los desperfectos del tejado. Como se puede observar, un buen tejado es sinónimo de calidad de vida.

Una cubierta para cada estructura

Los tejados de los edificios pueden tener numerosas formas. Cuenta con sus propias características y ventajas como sucede con las fachadas. Vamos a aprovechar para hablar de las cubiertas más utilizadas y sus características, para conocer algo más sobre esta parte tan esencial de las edificaciones.

Empezaremos por las cubiertas planas. Aquellas que cuentan con una pendiente muy baja, inferior a cinco grados. Este tipo de cubiertas se divide a su vez en otras categorías a razón de sus funciones y características.

En primer lugar, encontramos las cubiertas planas convencionales, en las que la capa de impermeabilización se coloca encima del aislamiento térmico. Este diseño permite una localización y reparación de fallos en la impermeabilización bastante fácil. Por el contrario, en las cubiertas invertidas, en segundo lugar, se coloca el aislamiento térmico encima de la capa de impermeabilización. Esto ayuda a proteger esta última de los cambios de temperatura y otros factores de carácter ambiental, lo que resulta en una prolongación de su vida útil.

Por último, dentro de las cubiertas planas, encontramos las cubiertas ajardinadas. Este tipo de cubierta especifico, es una cubierta plana que lleva incorporada vegetación en su diseño. Ofrecen beneficios como una mejora en la eficiencia energética, la reducción de la escorrentía pluvial y, por supuesto, mejora el entorno urbano. Para su instalación hay que tener en cuenta factores como la carga estructural añadida, la vegetación y la instalación de un sistema de riego. Evidentemente requiere una buena impermeabilización para evitar filtraciones.

Pasamos a otro tipo de cubiertas, las inclinadas. En este caso, presentan una pendiente mayor a cinco grados. Son las más habituales en los lugares donde, por cuestiones climatológicas, es necesario contar con buenos sistemas de drenaje a causa de las precipitaciones. Ofrecen una serie de ventajas, como la mayor durabilidad, resistencia al viento y mejor evacuación del agua. Al mismo tiempo, proporcionan mayor variedad de diseños, por lo que son las más populares en viviendas y edificios con varias plantas.

Citados los tipos de cubierta que podemos encontrar, podemos pasar a los componentes de las mismas. Como cabe esperar, se trata de los elementos fundamentales que hacen posible asegurar su durabilidad y funcionabilidad. Entre ellos, destacamos los sistemas de formación de pendientes que, garantizan la correcta evacuación del agua procedente de la lluvia. Una inclinación adecuada, asegura un buen funcionamiento del sistema de drenaje. Este sistema cuenta con diferentes métodos y materiales, en función de cada tejado.

El aislamiento térmico es otra de las partes esenciales de la cubierta. Fundamental para mantener una buena eficiencia energética y proporcionar confort térmico en el interior. Reduce las pérdidas de calor en invierno y el aumento de temperatura en verano. Existen numerosos materiales con propiedades diferentes, para adaptarlos a cada necesidad.

Pasamos a la capa de impermeabilización, elemento clave para hacer frente a la entrada de agua. Este componente se ocupa de evitar el deterioro que provoca la humedad, haciendo que el interior del edificio se mantenga seco y protegido.

Los sistemas de evacuación de aguas, son por igual, fundamentales. Permiten canalizar y eliminar de forma eficaz el agua procedente de la lluvia. Previene el estancamiento y las posibles precipitaciones que se puedan producir, conllevando un deterioro en la estructura del tejado. Cuando hablamos de sistemas de evacuación de aguas, nos referimos a los canalones y bajantes que descienden por la inclinación del tejado; los sumideros y desagües en las cubiertas planas; y los elementos auxiliares que pueden incluir rejillas de protección, desagües sifónicos, etc.

Una instalación correcta y un adecuado mantenimiento de estos sistemas, es tan importante como el sistema en sí, para alargar la vida útil del tejado y prevenir los posibles daños estructurales que se pueden producir.

 

A la hora de llevar a cabo una rehabilitación de tejados, los profesionales tienen que tener en cuenta todos los factores reseñados. Con esta información y a la vista del posible problema, ya pueden realizar un diagnóstico adecuado para realizar el proceso de rehabilitación de tejados correspondiente. Sobre estas cuestiones en particular, hablaremos en otra ocasión. Los tejados y cubiertas, dan para mucho.

 

 

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