Se supone que, cuando nos vamos de viaje, lo hacemos para disfrutar, para desconectar de la realidad que nos rodea de manera habitual, para conocer nuevos paisajes y para, en resumidas cuentas, obtener ese premio que nos hemos ganado y que es fruto de nuestro esfuerzo. O así debería ser. Por desgracia, son muchas las cosas que pueden salir mal durante el viaje que pretendemos hacer y que hay que controlar. Voy a comentaros la que me pasó a mí, que está directamente relacionada con un problema de salud bucodental que no fue nada agradable.
Estuve preparando mi viaje a Alicante con el máximo de los mimos durante muchos meses. Era especial porque hacía mucho tiempo que no pasaba por la zona y quería disfrutar de unas vacaciones como las que necesitaba: unas en las que la playa fuera el elemento central. Siempre he adorado una zona como de la que os he hablado y la verdad es que no me extraña. Teniendo en cuenta el clima y el ocio que entraña una zona de playa como Alicante, no me cabía la menor duda de que era una opción idónea para disfrutar al máximo de mis días de ocio en verano.
Ya durante alguna de las semanas anteriores al viaje empecé a tener algún problema en la boca. Tengo que reconocer una cosa: nunca me he preocupado demasiado por mi salud dental. Tengo 35 años y es verdad que he tenido que ir al dentista varias veces porque tenía problemas de todo tipo, pero pensaba que antes de unas vacaciones no podría haber nada que me ocasionara problemas en ese sentido. Sería demasiada mala suerte. Pero la posibilidad existía y terminó materializándose en una más que absoluta realidad con la que me tocó pelear.
El caso es que fue una muela la que me empezó a doler. Y me causaba un dolor bastante agudo y profundo. No me dejaba comer ni hablar con normalidad. Estaba sufriendo demasiado, más que otras veces en las que he padecido otro problema. El dolor de esa muela me ocasionaba dolor de cabeza e incluso de oído, siempre hay que tener en cuenta que los dolores bucales trascienden de la propia boca. La verdad es que no resulta agradable pasar por una cuestión como esta, no sé por qué demonios no había caído en la cuenta durante mis tres décadas y media de existencia.
Decidí no acudir al dentista de primeras y la verdad es que aquellas vacaciones fueron mucho peores de lo que me había imaginado. Los dolores estuvieron presentes de manera constante en todo momento y no pude comer ni hablar con normalidad, así que fue un verdadero infierno. La verdad es que no se lo deseo a nadie ni por asomo. No es agradable disfrutar de los días de vacaciones que te has ganado a pulso y que al mismo tiempo tengas que hacer frente a algo como esto. Me dije a mí mismo que no podía ocurrir de nuevo.
Lógicamente, cuando volví de las vacaciones, lo primero que hice fue empezar a buscar un dentista que me inspirara confianza para tratar de resolver estos problemas. Lo que me convenció para elegir a HQ Tenerife fue que hacían especial hincapié en el cuidado postratamiento, que es fundamental para que el problema se resuelva a la perfección y para que no aparezcan posteriores problemas derivados del primero. Por suerte, la mejoría que he notado ha sido sustancial y mi vida ahora sí que me ha cambiado lo suficiente como para volver a irme de vacaciones con la tranquilidad de que, esta vez, sí que voy a disfrutar como realmente me merezco.
La verdad es que no tiene nada que ver el hecho de disfrutar de unas vacaciones sin problemas bucodentales que con ellos. La realidad cambia por completo, cada uno de los días que estás disfrutando del viaje es mucho mejor y te resulta más placentero. Puedes comer lo que quieras sin preocuparte, puedes beber y puedes hablar sin que haya un asomo o un conato de dolor. Eso sí es vida y no lo que había padecido hasta entonces. Parece mentira que, cuando volví a Alicante, encontrara tantas diferencias con respecto a mi viaje anterior al mismo lugar. Pero vaya si las hubo.
Además, y como consecuencia directa de lo que os estoy comentando, también las personas que vinieron conmigo se sintieron mejor porque no me veían sufrir. Es impresionante lo que puede llegar a cambiar la película por un dolor de muelas, pero es que estamos hablando de una de las cuestiones que más nos pueden afectar a lo largo del día a día. Ojalá que nadie tenga que pasar por lo mismo, porque machaca ver que estás de vacaciones y lo que se suponía que iban a ser unos días de disfrute terminan convirtiéndose en un suplicio.
Desde que ocurrió todo esto que os he contado, he notado una mejoría en varios aspectos de mi vida. Y es que también he conseguido que mi día a día, también durante las semanas largas de trabajo, mejore por completo. A fin de cuentas, una persona es mucho más eficiente en el trabajo cuando no tiene que padecer incomodidades derivadas de su estado de salud y cuando su energía se concentra en lo que de verdad se tiene que concentrar: en velar por lo mejor para su empresa.
Consecuencias generales de una mala salud bucodental
Una noticia publicada en la página web Mejor con Salud, del diario deportivo As, informaba de un total de 7 consecuencias que se derivan de una mala salud bucodental, que son las que os dejo a continuación:
- En la primera de todas es la caries, que es uno de los problemas más comunes que tienen los seres humanos en lo que respecta a su salud bucodental. Aparecen incluso a edades tempranas, muy tempranas. Es una lástima que así sea.
- La enfermedad periodontal también es habitual y tiene que ver con la infección de los tejidos que mantienen a los dientes fijados en su sitio correspondiente.
- La mala higiene dental y la halitosis también componen una de las consecuencias más graves de no tener interés por cuidar de nuestra boca. Estas dos cuestiones están en el foco de prácticamente todos los problemas bucodentales que podamos llegar a tener.
- Hay que hablar también de la endocarditis, que es una infección de uno de los revestimientos del corazón. ¿Cómo? ¿Que una enfermedad dental puede ocasionar problemas del corazón? Correcto, no os estoy mintiendo en absoluto.
- Pero es que también puede dar lugar a enfermedades cardiovasculares. Los ataques al corazón pueden ser muy frecuentes entre personas que no hayan tenido mucho interés en el cuidado de su salud bucal. De la que me he librado…
- Hay distintos estudios de expertos que aseguran que también hay riesgos de sufrir partos prematuros si no se cuida de la salud bucodental. Así que, si sois mujeres y queréis tener hijos e hijas, ya sabéis lo que tenéis que hacer para hacer más seguro este proceso.
- Hay enfermedades crónicas que se agravan como consecuencia de una mala salud de los dientes. Hablamos de aspectos tan graves como lo son el Alzheimer, la diabetes o la osteoporosis.
¿Cuánta gente va a seguir sin cuidar de sus dientes después de haber leído esto?
Entre mi historia personal y las consecuencias que se derivan de una mala salud bucodental, estoy seguro de que mucha gente se habrá concienciado a estas alturas del artículo para lavarse los dientes y empezar a cuidar de ellos como se debe. Ya veis que todo lo que tenga que ver con descuidar este asunto trae problemas… y en buena cantidad. Por tanto, ¿quién va a seguir sin cuidar de sus dientes como es debido?
De acuerdo con una noticia que vio la luz en la página web Cuídate Plus, del diario Marca, todavía son cinco millones de personas en España las que no se cepillan sus dientes. Estamos hablando de un porcentaje de población que supera el 10% y que se está exponiendo a riesgos como de los que os he hablado de una manera simple y tonta. No hay que invertir mucho tiempo ni dinero en cuidar de nuestros dientes, así que bien haríamos en intentar hacerlo posible para que nuestra salud no tenga que pagar las consecuencias de ello. No todo el mundo conoce la relación entre la salud dental y todo aquello que se puede ver afectado por la falta de la misma.
Ojalá que la sociedad, en general, continúe mejorando sus registros en lo que respecta al cuidado de su boca y del resto de su cuerpo. Muchos y muchas solo valoramos la salud cuando nos falta y la verdad es que es un error que así sea. Es necesario anticiparse a los problemas y resolver todo aquello que nos pueda ocasionar riesgos y dolores antes de que se produzcan. Esa es una de las claves más grandes para alcanzar la felicidad. ¿Y acaso no es ese el objetivo principal en toda vida que se precie?